lunes, 30 de julio de 2012

Untitled

Su boca, los labios que se hundían al contacto con mi piel. Dos lineas de carne que se separaban para dar paso a la humedad y a la fuente que me empapaba de todo lo que me tenía enamorado. Más allá de los fluidos, estaban las palabras, siempre atrayentes.

Más allá. Yo seguía ahí, dormido, descansaba en su lengua. Dejándome llevar mientras me sintiera cómodo, siempre ahí, como meciéndome en una hamaca, de la cuál sólo bajaba para ajustar las ataduras, quizá cambiar las cuerdas, pero siempre la misma hamaca, el mismo árbol.

Entonces él se rompió. La verdad se volvió incontenible: salió mojándonos a todos, pero sobre todo a él. Un río de suciedad salvaje, que no paró hasta dejarnos casi ahogados, arrojándonos en cualquier orilla en donde, aún sin aliento, yo solamente pensaba en su boca.

domingo, 29 de julio de 2012

¿Lo primero y lo último?


¿Qué es lo primero y lo último que haces cuándo te despiertas y antes de dormir? En mi caso, me formulo una pregunta. ¿Cuál es el primer paso para resolver un problema y el último para verificarlo? Plantear una interrogante. ¿De qué se alimenta el espiritu, con qué nace un cambio y con qué muere la duda? Con una reflexión que parte de una pregunta. ¿Qué es lo primero que haces cuando te levantas y lo último que haces antes de dormir?

Érase una vez que se era, alguien muy parecido a nosotros, que por primera vez abrió sus ojos y lo primero que hizo fue preguntarse, ¿dónde estoy? Palpando lentamente los bordes de lo que lo rodeaba, descubrió que estaba en lo parecía ser una cama, suave y cálida, lentamente empezó a mover sus extremidades y tentó con los sentidos el espacio a su alrededor; entonces… pensó ¿Qué hago?

Se levantó lentamente y con cuidado sin voltear la cabeza siquiera, cuando se hubo completamente sentado miró rápidamente a su derecha, tan rápido que el cabello se le movió, y luego giró a la izquierda, regresó al centro y se detuvo. ¿Dónde estoy? Se repitió en la cabeza, entonces giró su cuerpo entero hacia la derecha, bajó uno a uno sus pies, los deslizó por las cobijas hasta sentir el frío del piso, se replegó un poco y cuando puso el segundo pie en el piso, se levantó.

Camino dos pasos hacia adelante y giró a la derecha, se topó con un espejo, se miro, confundido se preguntó ¿Quién soy? Tocó su cara extrañadamente, sintiendo la textura de su piel se examinó los ojos y la nariz, se pico las fosas nasales y abrió la boca, observó el boquete, examinó sus dientes, se puso serio de repente, se acercó lo más que pudo al reflejo y observo como su cara se dibujaba en su ojo. Regresó a su posición anterior. ¿Qué haré? ¿Hacia dónde voy?

El movimiento corporal son las respuestas a las preguntas que nos hacemos constantemente, y sino me creen compruébenlo, ¿cómo? Preguntándose algo tan sencillo como ¿Qué hora es? Seguramente, los que usan reloj, elevaran su brazo izquierdo, giraran su muñeca y casi automáticamente leerán sus relojes; o sacaran el celular, voltearán los ojos a la esquina inferior de la pantalla del computador, y de la respuesta obtenida, se desencadenarán demás movimientos que, acompañados de una idea hilvanada al tiempo, desencadenarán más preguntas…

El cambio interno, nace de una reflexión y toda reflexión comienza por una crítica, una crítica es una pregunta vuelta sentencia, por ejemplo: Estoy gordo, lo que en realidad significa es, no quiero estar gordo, ¿cómo puedo hacer para dejar de estarlo? Por lo tanto, debo hacer ejercicio, no me gusta el ejercicio, ¿qué tipo de ejercicio debo hacer?; Estoy cansado, tengo sed, me duele el cuerpo, ¿qué debo hacer para satisfacer mis necesidades? Estas preguntas motivan a la acción.

La creación de la ciencia nace de la observación y la interrogante, ahora en este proceso de tesis, lo más importante es un pregunta, ¿Qué quiero investigar? ¿Por dónde debo empezar? ¿Para qué y quién quiero hacer este trabajo? ¿Cómo lo quiero lograr? ¿Qué debo leer, investigar, documentar? Casi todo es una pregunta, ¿qué voy a usar, qué quiero comer? En un mundo de posibilidades las preguntas aumentan.

¿Qué quiero escribir para esta primera entrega, con este tema, lo primero y lo último? Pues esa pregunta me llevo a la pregunta inicial, ¿Qué hago lo primero al despertar y lo último antes de dormir? La respuesta es me pregunto yo. ¿Qué es lo primero y lo último que haces tú?