No supo ni cómo pero la cegó, esa luz que él emitía era
impresionante era lo más hermoso que había visto en todas sus vidas; aquella
alma perdida en la oscuridad de la vida cotidiana y la superficialidad social
pedía a gritos volverse a encontrar a aquel humano que había hecho que se
volviera adicta a la luz, pero no a cualquiera, sino a esa, a la que sólo
él podía hacer resplandecer; no sabia
porqué le había causado tanto, si sólo fue una mirada, pero ¡ahhh!... esa
mirada tan penetrante, sus ojos negros le hacían recordar su vida pasada, cuando su lugar favorito era
el fondo del mar, en donde ya no se veía nada de ese hermoso tono azul, en
donde no se preocupaba por el tiempo… Los días se fueron, uno a uno, tan
dolorosos, tan penetrantes al corazón, por el simple hecho de no tenerlo a él a
su lado; esa humana viajante del océano perdió la vida, el tiempo, esperando la
luz que le hacia recordar la oscuridad de su vida pasada…
No hay comentarios:
Publicar un comentario