domingo, 9 de septiembre de 2012

Kibō no Hikari

"La esperanza no es ni realidad ni quimera. Es como los caminos de la Tierra: sobre la Tierra no había caminos; han sido hechos por el gran número de transeúntes".
Lu Xun


El viento rozaba mi rostro, restregando pequeños rastros de arena, polvo y tierra sobre mi tez maltratada y erosionada por las lágrimas de días anteriores. En mi interior retumbaban las palabras recibidas con antelación: "Esa energía positiva te será enviada, y la recibirás de alguna u otra manera, tal vez de la que menos esperas".
- A la mierda! ¡Eso no sucede en éste mundo!- Me dije en silencio y continué rodando sobre el asfalto. 

Segundos después, ella aparece. Destruyendo toda afirmación anterior. Parecía una ángel, dulce y sonriente (pese a los aparatos metálicos que traía para enderezar sus molares), el reflejo del sol la iluminaba, tan sólo distinguí una silueta, pero no importaba, porque me llamaba por mi nombre y había aparecido en el momento ideal. No importaba, porque esa energía había llegado en el momento y con la persona menos esperada. No importaba, porque había devuelto en mí, algo que estaba ausente; porque me había devuelto la esperanza.

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