domingo, 12 de agosto de 2012

Borde

Los dos. Uno sentado junto al otro en borde de la cama. Yo no sabía cómo comenzar, mis amigos siempre hablaban tanto y explicaban nada. ¿Quién debía empezar? ¿Ella o yo? Es su trabajo pero… debería preguntar. ¿Cómo iniciar? Con un por favor tal vez o simplemente con una orden, “Quítate las bragas asquerosa”. NO… Por qué acepté este trato. Mi padre tan gustoso de que su hijo se convierta en hombre, comprando como un troglodita a una mujer para saciar su ego y presumir a sus amigos de alcohol que su hijo entró en las grandes ligas por la puerta grande. Y yo en esta cama percudida de un olor de sabe qué será, junto a esta mujer de piernas largas y busto tantas veces manoseado que a la vista luce y presume que lo hace gustosamente y de hace tiempo atrás. Y ella junto a mí casi desnuda, sin una expresión en el rostro que me ayude a saber qué hacer. Su piel tan blanca con cantidades extremas de maquillaje no tan caro. Según mi padre es la mejor puta de la ciudad. Yo no sé si la mejor, pero puedo asegurar que es la más cara. Su boca roja por un intenso labial y sus uñas a juego que provocan terror. Ya hace más de dos horas que llegamos a este hotel, ella pidió unas llaves al recepcionista y con una mirada casi maligna me indicó el camino hasta la habitación. Entramos y se dirigió al baño, yo me quedé en la misma posición en la que me encuentro, en el borde de la cama y de todos los sentimientos habidos y por haber.


Regresó minutos después ya sin la minifalda de cuero, los tacones rojos y la escotada blusa con adornos de piedras falsas y bueno aquí seguimos, los dos juntos y separados, ella comprada por una noche y yo estrenado por primera vez. Pienso en que no debí masturbarme por la mañana con esa imagen de mi profesor de natación con la hija del director (aunque poniendo mi cara y cuerpo en el de la chica), pensamientos sin sentido que justo se me vienen en este momento. Ella ve a través de mi pantalón la erección causada por el recuerdo del recuerdo y se la adjudica. Reluce su sonrisa blanca como si esto fuera una broma. Sexual. Broma sexual. Abre mi bragueta y mira mi pene. Luego me mira y logro ver una mueca que no consigo entender. Sensualidad o gracia. Odio tanto a mi padre. Ella me toma de la cabeza y pone sus labios en mi cuello y ahora siento sus dientes que que perforan. ¿Perforan? ¿Lo hacen o es mi imaginación? Sangre o excitación. Dolor o gozo. Agonía o alegría. Muerte u orgasmo.

1 comentario:

  1. Óscar, escribes bien, me gustó mucho la idea y la historia, tuviste momentos brillantes dentro de la narración, me parece que es lo mejor que te he leído.

    Te recomiendo que empieces a incluir un poco más de elementos, como puntuación específica para incluir comentarios, diálogos, o escenas, se le vería muy bien a la forma en la que escribes.

    Me gusta que sea breve, dices lo que quieres idea tras idea.

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